Así funciona la industria musical en México siendo de la comunidad LGBTI+
La Cuervo. Foto cortesía de Soysound
Música

Así funciona la industria musical en México siendo de la comunidad LGBTI+

Hablamos con referentes sobre qué pasa cuando eres de la comunidad LGBTI+ y quieres ser una estrella.

La música es una industria enorme que se maneja por discográficas, agentes, editoriales, promotores, distribuidores y artistas. ¿Qué pasa cuando eres de la comunidad LGBTI+ y quieres entrar a esta gran industria? Para responder esta pregunta entrevistamos a diferentes artistas que son parte de la comunidad, como Luisa Almaguer, MANCANDY, La Cuervo y Dj Panchita Peligro que nos contaron cuáles son los beneficios, las dificultades y los objetivos que tienen. También platicamos con Santo, un aliado de la comunidad, que nos contó los contrastes que hay en esta situación. 

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La música es un medio de comunicación masiva, ya que está en casi todos los lados, desde un elevador hasta el radio viejo prendido en la casa de los abuelos. Aunque parezca algo muy fácil de hacer, este arte se relaciona con la economía, la cultura y la geopolítica. Un ejemplo es que no “se podría explicar el reconocimiento global del mariachi como ícono de la música mexicana si no se estudia la manera en la que la crisis cinematográfica estadounidense repercutió en el cine y la música en México durante la década de los cuarenta del  siglo XX”, nos dice Julián Woodside en su ensayo "La industria musical en México: panorama  crítico y coordenadas de análisis”

La relación que la música y la comunidad LGBTI+ tienen es muy fuerte; la misma bandera del  colectivo está basada en la interpretación de Over the Rainbow por Judy Garland en la película El mago de Oz. Esta actriz falleció el 22 de junio de 1969 y su funeral se realizó horas antes de los  disturbios de Stonewall, haciendo que la comunidad empatizara con el sufrimiento de Judy, convirtiendo la metáfora del arcoíris en su bandera. La música siempre ha estado presente en momentos históricos de la comunidad LGBTTTIQ+,  generando himnos que representan la libertad que este grupo de personas siempre ha deseado tener y aún lucha por ella. Algunos de estos son True Colors de Cyndi Lauper, en donde se dirige directamente a la comunidad mientras habla de su hermana abiertamente lesbiana; I’m Coming Out de Diana Ross, en la cual la cantante nos habla claramente de salir del clóset y ser quien eres sin importar los prejuicios; A Quién Le Importa de Alaska y Dinarama, que es uno de los mayores himnos en español de la comunidad y Todos me miran de Gloria Trevi, que cuenta cómo una persona de la comunidad decide ser ella misma para mostrarle al mundo su verdadero ser, sin miedo a la represión. La música es un  elemento social que permite la unión a través de la identificación. Daniel Abárzuza Garcia nos dice en su ensayo “El movimiento LGBT+: identidad, música y consumo cultural” que “la música también es una herramienta que todos los individuos tienen para  conformar su propia identidad y diferenciarse de los demás". 

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La música es un  elemento social que permite la unión a través de la identificación.

Según AMPROFON (Asociación Mexicana de Productores de Fonogramas y Videogramas, A.C), en México esta industria creció un 16.5%, generando al menos $208.3 millones de dólares en el 2020, de los cuales el 93.1% de estas ganancias vienen de los streamings, 2.1% de la discografía física, 2.2% de descargas permanentes, 1.9% de derechos de comunicación pública y 0.7%de  sincronización. Dentro de lxs artistas latinxs más escuchadxs están Karol G y Nicki Minaj con el tema Tusa, Maluma con Hawái, Bad Bunny con Safaera, Yo perreo sola y Si veo a tu mamá. También está Dímelo Flow, Arcángel y Sech con el tema Sigues con él; Piso 21 y Christian Nodal con Pa’ Olvidarme De Ella y  J Balvin con Azul. Es claro que en este top no hay ninguna persona que forme parte de la  comunidad LGBTI+ ni que la represente de una forma directa. Analizando de cerca a lxs  artistas que forman parte de la industria en México, muy pocos son abiertamente de la comunidad y, si lo son, sus canciones están en el canon normado.

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​Luisa Amalguer. Foto de Darío Celestinos

Luisa Amalguer es una mujer trans que se propone romper con este  paradigma. Luisa siempre ha estado inmersa en la música, pero fue en la secundaria cuando se dio cuenta del potencial de su voz. “Con la transición hubo una onda de que me dio mucha inseguridad que mi voz fuera tan grave. O sea, que fuera tan estereotípicamente “masculina” y tuve que hacer una chamba de aceptación”, cuenta sobre sus inicios en la industria musical. “Al principio me llenaba de filtros, de efectos en la voz como para sonar lo más etérea posible y con el tiempo eso cambió, ahora siempre canto con el micrófono limpio”, dice aliviada. Los estereotipos de cómo debe ser una cantante en la industria pesan demasiado. “Siempre ha sido difícil y sigue siendo complicado estar en un escenario como una mujer trans, además al inicio yo no estaba dirigida a un público lgbtero, en el cartel yo era la única mujer o parte de la comunidad y eso siempre impacta al público”, dice sobre su bienvenida en la industria después de su transición. Luisa cuenta que en este tipo de escenarios es en donde llegaba a sentirse incómoda porque la mayoría se refería a ella como “él” y tenía que corregirles. “Esto no le pasa a los músicos cisgénero.” Como mujer trans Luisa sabe que ha tenido muchísimos privilegios, entre ellos educación y conexiones en el mundo de la música. “Si yo no hubiera sido una mujer trans me imagino que las cosas hubieran funcionado de otra manera, definitivamente”.

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Dj Panchita Peligro. Foto cortesía de Soysound

Además de la entrevista que tuvimos con Luisa, tuvimos la oportunidad de  platicar con artistas que forman parte de la comunidad y se atrevieron a romper con el paradigma normado. Cantando  barras en donde se expresa de forma explícita el amor entre mujeres, La Cuervo, una rapera  mexicana con carrera en ascenso, nos dijo: “Ser parte de la comunidad me ha beneficiado en el hecho de que he tejido redes con músicas y artistas. Creo que eso es lo más importante: generar  vínculos, involucrarte con mujeres, personas que admires y respetes. Seguir creando, abriendo brechas, ocupar espacios que normalmente han sido ocupados por hombres cisgénero normados”. Para ella, la cosa más difícil de ser parte de la comunidad y participar en la industria es enfrentarse a las estructuras hegemónicas del hiphop para poder cambiarlas, “esto exige mucho picar piedra y trabajo, pero seguimos en la lucha”.

Dj Panchita Peligro vivió en Alemania por nueve años, y cuando regresó no esperó a que la comunidad llegara a ella, sino que se dirigió a los espacios seguros donde no hubiera agresiones por parte de ninguna persona. “Creo que a través  de los espacios seguros conocí a toda la comunidad queer y yo en esos espacios me siento segura pero siempre atenta de que algo pueda pasar.” Panchita se siente protegida por su comunidad que ha logrado unir a través de la música, el baile y la diversión. 

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Santo. Foto cortesía de Soysound

Santo es un artista multifacético que siempre estuvo en contacto con la música y aunque no pertenece a la comunidad LGBTI++ nos dijo: “siempre me he sentido con una energía femenina, realmente siempre me he sentido cómodo con toda la gente de la comunidad.” Hoy en día él no siente que haya tanta diferencia entre una persona LGBTI+ y una persona heterosexual cuando se trata de un escenario. “Recuerdo que un día andaba en un rave y había un dj muy bueno, un amigo me dijo ‘ese wey es gay’, yo solo volteé a decirle ‘a mí qué me importa si es gay o no, toca increíble’”. Para él, la industria musical en México es complicada pero si tienes algo que ofrecer y sabes manejarlo, todo puede fluir poniendo muy aparte tu orientación sexual.  

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MANCANDY. Foto cortesía de Soysound

MANCANDY, mejor conocido como el rey del regayton, es un diseñador de moda y reggetonero abiertamente gay. “Ha sido muy difícil desde que empecé porque amigos que conocía por medio de la moda, cuando les dije que quería hacer reggaetón gay porque no quería cantarle a una mujer si no lo sentía, me dijeron que no iba a pegar, pero la verdad me valió un poquito madres”.  Para él la lucha sigue: “Yo quise hacerlo porque en realidad quería ser la voz  de ciertas personas de la comunidad que no la tienen. Yo con mi plataforma de moda y ahora en la música, la tengo”. Es difícil ser una persona gay cantando música urbana. “La gente no te la cree”, dice MANCANDY mientras sonríe. 

La industria musical ha estado directamente relacionada con la comunidad LGBTI+ desde siempre pero, como nos comenta la mayoría de lxs artistas entrevistadxs, aún falta un largo camino por recorrer para que se sientan completamente aceptadxs en ella. Desde aprender a identificar las diferentes disidencias en cuanto a género hasta disfrutar de la música aceptando y reconociendo a lxs artistas que la hagan.